miércoles, 15 de febrero de 2012

Imagen de religión católica

Si la persona humana se aleja de Dios, su Creador y Redentor, se va marchitando poco a poco y se queda sin vida, hasta caer en las más abominables aberraciones, víctima de sus bajos instintos y pasiones desenfrenadas. Por ello debemos cuidar nuestra vida espiritual, mantener la comunicación con Dios mediante la oración que es como la respiración del alma, y participar activamente en las celebraciones sacramentales, sobre todo en  la penitencia y la eucaristía.



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